

El chabolismo al servicio de la industria agroalimentaria que nos enorgullece es cara de la vergüenza en la moneda del XXI. Crezcamos y no lo perdamos todo por incapacidad. No es suficiente Fitur de traje y corbata para exportar excelencia. Ni mesas por la inmigración sin expertos en ordenación del territorio y edificación comprometidos y desinteresados (COAH). Hacen falta soluciones atípicas posibles, huir de lo habitual, del encogerse de hombros, de la culpa es del otro, del acallar la opinión pública tras estos días, y volver a olvidar. Mesas no valen nada sin medidas concretas, tapan bocas.
El D3/2019 de medidas urgentes para edificaciones irregulares en suelo no urbanizable en Andalucía permite tramitar de oficio Planes Especiales para instalar redes de abastecimiento, saneamiento y eléctricas donde habitan desahuciados, sin riesgos de salud y medioambientales constatados. Estableciendo condiciones de edificios seguros, modulares, desmontables, prefabricados, minorando incendios en los que pierden personas que poco tienen. Con costes de urbanización en contribuciones especiales repercutidas entre agentes, sean empresarios en sus márgenes, administraciones, trabajadores como renta -no les alquilan viviendas ni cubriendo gastos-. Ocupando el suelo rústico con carácter temporal y excepcional, en tramos de campaña, sin cronificar guetos, con autorizaciones especiales, asumiendo como emergencia lo que lo es. El Plan Romero mueve montañas de despliegue y coordinación y esta montaña se puede mover y se llama responsabilidad.
Hay que ponerse a ello sin demora, la vergüenza no puede ser el sentimiento que identifique nuestra excelente tierra, inigualables productos y gente solidaria.
Miriam Dabrio Soldan. Decana del COA de Huelva
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