Gaudí recibió el encargo de proyectar un hotel-rascacielos en 1908, de parte de dos empresarios estadounidenses —de los que no se sabe su nombre— que estaban de paso por Barcelona. Proyectó un edificio de 360 metros de altura —habría sido el más alto de Nueva York en aquel entonces—, con un cuerpo central más alto que los laterales, de forma paraboloide, rematado con una estrella, y flanqueado de ocho cuerpos laterales dedicados a museos, galerías de arte y auditorios, con formas parecidas a la Casa Milà.
Por desgracia, el proyecto no fue llevado finalmente a cabo, quizá por la envergadura del edificio diseñado por Gaudí, que habría supuesto una considerable inversión por parte de los propietarios (el tiempo de construcción se valoraba en 7 u 8 años), y quizá por la falta de tiempo del propio arquitecto, que habría tenido que desplazarse a Nueva York para supervisar las obras, en una época en la que trabajaba simultáneamente en diversos proyectos, como la Sagrada Familia, la Casa Milà, el Parque Güell, la Cripta de la Colonia Güell y la reconstrucción de la Catedral de Mallorca.
Para aquellos que habéis tenido la fortuna de recibir de Papa Noel el regalo de un ebook y para los que no habeis tenido tanta suerte y seguís imprimiendo en folios a doble cara, recibid el regalo de Gaudí en Manhattan, relato corto del escritor Carlos Ruiz Zafón. Hemos pensado que esta puede ser una buena forma de compensar en estas festivas fechas a nuestros fieles seguidores de todas las malas noticias que hemos tenido que publicar en este último año por mantenernos fieles a nuestro compromiso de informar. Carlos, muchas gracias por compartir con nosotros este aperitivo de tu magnífica obra y por acordarte de los arquitectos. No busquéis aquí información, tan solo disfrutad de esta breve lectura.
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