PALABRAS INICIALES
Modestamente, con un ropaje sobrio y austero, empieza hoy la Sociedad Central de Arquitectos a publicar una revista. Malogrados, hace tiempo, generosos intentos particulares, alguno de ellos patrocinado por esta Sociedad, durante varios años no se ha publicado en España revista alguna dedicada exclusivamente a la Arquitectura. Trabaja cada Arquitecto aislado en su estudio, ignorado de los demás e ignorante de la labor de sus compañeros, y las visitas que recibe son de publicaciones extranjeras en las que se le muestra un arte formado en un ambiente social completamente distinto del en que vive. El público, que constituye después de todo el supremo tribunal de la obra de arte, carece en general de sentido crítico para juzgar una construcción y viene a aumentar, con su indiferencia, de la cual tal vez seamos culpables nosotros, que no hemos sabido educarlo, el aislamiento en que trabaja el Arquitecto español. Desconócese, igualmente, fuera de España, todo lo aquí hecho modernamente en Arquitectura, al no existir publicación alguna que difunda nuestras obras.
El momento actual parece propicio para sustituir la labor personal y aislada, por el esfuerzo colectivo y la solidaridad profesional; conocernos a nosotros mismos y procurar que no nos ignoren fuera, y tratar de formar una conciencia arquitectónica en nuestro público que colabore con nosotros, aplaudiéndonos ó censurándonos, pero nunca ignorándonos.
Contribuir a ello con la ayuda de todos los Arquitectos españoles, propónese esta Sociedad Central al publicar ARQUITECTURA. Toda labor humana, por modesta que sea, exige en sus comienzos, para que pueda desarrollarse y fructificar, la asistencia de esa simpatía cordial, sin la que cualquier empresa agotase, entre la indiferencia y la frialdad ambientes. Esperemos que estas páginas escritas por los Arquitectos, con el pensamiento lleno de amor a su Patria y a su Arte, encuentren una acogida alentadora, propia de todo espíritu amplio y comprensivo.
En los días trágicos en que vivimos y que parece han de ser etapa inicial de un nuevo período en la evolución humana, se están forjando silenciosamente las esencias que transformarán todas las actividades del espíritu. Tal vez estemos en la línea divisoria que separa dos concepciones distintas; tal vez haya sido preciso para el alumbramiento del nuevo espíritu, esta pugna terrible que presenciamos. Por eso, el momento actual es de un interés extraordinario, y haciendo un alto en la diaria tarea, debemos contemplar con amor la obra realizada y la que comienza; el pasado, con todo su atractivo sentimental, y el porvenir, cuajado de esperanzas.
Quiérese en esta Revista resumir el actuar movimiento arquitectónico de nuestro país; volver la vista atrás, en busca de un pasado, en el que se fue incubando la Arquitectura presente, y acoger con cariño las nuevas corrientes que en ella se produzcan. La obra de cada día, y más en un arte tan social como el nuestro, es hija de muchos siglos de evolución constante y renegar del patrimonio heredado, de nuestra estrechez y limitación de espíritu. Pero, no olvidemos tampoco, que todo movimiento nuevo, por revolucionario que parezca, lleva en sí una esperanza latente y puede llegar a ser solamente por la acción del tiempo, un pasado conservador y académico. No cerremos el espíritu a las manifestaciones de nuestro arte por exóticas que sean, y recordemos que en la Arquitectura española, las evoluciones que puedan parecernos más “castizas”, se han producido por influencias exteriores, a las que ha prestado nueva vida y carácter propio la fuerte personalidad de la raza.
Abíertas quedan estas páginas por la Sociedad Central de Arquitectos a todos los compañeros que en ellas tengan algo qué decir; abiertas están también para los que se interesen por nuestro arte. Este es albergue libre siempre dispuesto a recibir a los hombres de buena voluntad que quieran colaborar en una labor de difusión y conocimiento de la vida arquitectónica española y de solidaridad profesional.
Madrid, 15 de mayo de 1918.
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