domingo, 28 de octubre de 2012

[256] REGULAR LOS SERVICIOS PROFESIONALES, HOY

Ante la próxima aparición de la Ley de Servicios Profesionales [235], traemos aquí un artículo de opinión publicado en Expansión el 05/10/2012, firmado por Jordi Ludevid Anglada, presidente del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España.
"No es el momento, parece evidente, de destruir, sino más bien de refundar. Una nueva economía, basada en la productividad, no en el despilfarro, resulta inaplazable si queremos salir de la crisis y gestionarla razonablemente. En este contexto se sitúan las reformas estructurales pendientes, entre ellas, la nueva regulación de los servicios profesionales.
Algunos servicios pueden prestarse desde una profesionalidad dispersa, variable o no acreditada de antemano. Es evidente. Otros, en cambio, requieren una profesionalidad específica, concentrada, intensa. Hablamos, por ejemplo, de la abogacía, la medicina y la arquitectura. Tres profesiones ampliamente reguladas y colegiadas en prácticamente toda Europa bajo la consideración de que, cuando está en juego la seguridad y la salud de las personas, la distancia entre competencia académica (formación acreditada específica) y atribución profesional regulada debe ser cero.../...
.../...Hay que recordar que, en el mercado de servicios, los servicios profesionales de arquitectura son servicios de confianza que presentan una evidente asimetría informativa, con una difícil comprobación ex ante de la calidad y un coste muy superior de las posibles correcciones ex post. Por su naturaleza, la falta de calidad del servicio puede producir externalidades negativas muy graves. Los colegios evitan asimetrías informativas en el mercado de servicios arquitectónicos y, por tanto, la selección adversa en un sector ya muy castigado reputacionalmente y necesitado de la inyección de medidas que estimulen la confianza.
Actualmente, el sector está sobrerregulado y se ahoga con rabia e impotencia en un marasmo legislativo anticuado, disperso, deslavazado, excesivo e inadecuado. La necesidad de legislar mejor, de aligerar, coordinar y liberalizar parece evidente e imprescindible. Pero lo realmente importante es cómo hacerlo respetando la apuesta por lo común, la lógica pública y el interés colectivo. Porque resulta evidente que el mercado resuelve muchas cosas, pero no todas.../..."

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