Interesante post de arturomontilla.com y no menos interesante reflexión de Alberto Eltini sobre el tema en nuestra página de facebook donde lo compartimos.
"Pero bueno, ¡qué escándalo! ¿Arquitectos por las calles con minifalda y un bolsito de fiesta rojo?
No, aunque más de uno disfrutaría con esa imagen, no nos referimos a esa clase de prostitución, sino a una que no llama tanto la atención, al menos, a los que están fuera de este mundillo.
Hablamos de tirar por el suelo los honorarios, de trabajo duro (o no tan duro), de trabajo bien hecho, de pasar hambre o de bajarse los pantalones, casi casi, literalmente.
Y es que en los últimos años he visto de todo:
– Me he encontrado sin quererlo en una especie de “pseudos-concursos públicos” donde había que batallar con 15 compañeros y lidiar día tras día con el ya tan típico “menganito me lo hace por la mitad”, o el no menos habitual “o te aprietas o no hay nada que hacer”.
– He visto a las personas regatear hasta límites absurdos, con aquella casa en la que desean vivir los próximos 40 años, ojo, que se dice pronto, 40 años.
– He visto como compañeros de profesión se atacaban los unos a los otros como si les fuera la vida en ello o estuvieran en mitad de una densa jungla del Amazonas peleando por un trozo de carne.
– He visto proyectos “baratos” que ignoraban completamente el Código Técnico de la Edificación, con todo lo que eso puede conllevar.
En fin, sinceramente, a día de hoy pocas cosas me sorprenden.
Pero…
¿Es esto lo que queremos los arquitectos?
¿Creéis que a vosotros, los que nos contratáis, os viene bien esa lucha?
Mi opinión: ROTUNDAMENTE NO.
Hay personas que dirán que la competencia siempre es buena, que obliga a los profesionales a sacar lo mejor de sí, pero no en este caso, no cuando llegas a hacer las cosas a disgusto, no cuando sientes la injusticia que se está cometiendo, no cuando has perdido prácticamente tu dignidad por coger un trabajo o agradar a un cliente.
Porque entonces es cuando vienen las prisas, la pérdida de ilusión en aquello que se está haciendo, la desgana y, en definitiva…
Los trabajos mal hechos que, a la larga, te cuestan un ojo de la cara.
Así que, si necesitas un Arquitecto, entonces, contrátalo, y paga sus honorarios.
¿En qué otro gremio que no sea el de la construcción se ha visto aquello de… “Oye, que fulanito lo hace por la mitad”?
¿Os imagináis al paciente pidiéndole al médico una rebajita?
O decirle al dentista después de que te saque la muela: “No, no me parecen bien tus precios, vas a tener que bajarlos que la vida está mu’ mala“
No, aunque más de uno disfrutaría con esa imagen, no nos referimos a esa clase de prostitución, sino a una que no llama tanto la atención, al menos, a los que están fuera de este mundillo.
Hablamos de tirar por el suelo los honorarios, de trabajo duro (o no tan duro), de trabajo bien hecho, de pasar hambre o de bajarse los pantalones, casi casi, literalmente.
Y es que en los últimos años he visto de todo:
– Me he encontrado sin quererlo en una especie de “pseudos-concursos públicos” donde había que batallar con 15 compañeros y lidiar día tras día con el ya tan típico “menganito me lo hace por la mitad”, o el no menos habitual “o te aprietas o no hay nada que hacer”.
– He visto a las personas regatear hasta límites absurdos, con aquella casa en la que desean vivir los próximos 40 años, ojo, que se dice pronto, 40 años.
– He visto como compañeros de profesión se atacaban los unos a los otros como si les fuera la vida en ello o estuvieran en mitad de una densa jungla del Amazonas peleando por un trozo de carne.
– He visto proyectos “baratos” que ignoraban completamente el Código Técnico de la Edificación, con todo lo que eso puede conllevar.
En fin, sinceramente, a día de hoy pocas cosas me sorprenden.
Pero…
¿Es esto lo que queremos los arquitectos?
¿Creéis que a vosotros, los que nos contratáis, os viene bien esa lucha?
Mi opinión: ROTUNDAMENTE NO.
Hay personas que dirán que la competencia siempre es buena, que obliga a los profesionales a sacar lo mejor de sí, pero no en este caso, no cuando llegas a hacer las cosas a disgusto, no cuando sientes la injusticia que se está cometiendo, no cuando has perdido prácticamente tu dignidad por coger un trabajo o agradar a un cliente.
Porque entonces es cuando vienen las prisas, la pérdida de ilusión en aquello que se está haciendo, la desgana y, en definitiva…
Los trabajos mal hechos que, a la larga, te cuestan un ojo de la cara.
Así que, si necesitas un Arquitecto, entonces, contrátalo, y paga sus honorarios.
¿En qué otro gremio que no sea el de la construcción se ha visto aquello de… “Oye, que fulanito lo hace por la mitad”?
¿Os imagináis al paciente pidiéndole al médico una rebajita?
O decirle al dentista después de que te saque la muela: “No, no me parecen bien tus precios, vas a tener que bajarlos que la vida está mu’ mala“
O Decirle al panadero que esa barra de pan es muy cara, que quieres un 2×1.
El hecho es que no, esto no se hace fuera de este mundillo.
En fin, para terminar, dado que este post parece un defensa acérrima de los arquitectos, quiero que sepas que va de la mano con tu propia defensa como promotor, para que obtengas un trabajo bien hecho, así que recuerda esto:
Un buen arquitecto vela por ti, es tu mano derecha a lo largo de toda la obra y te ahorra dinero, mucho dinero. Sus honorarios están más que pagados con el ahorro que genera, tanto en la obra como a largo plazo en consumos y mantenimientos.Así que, si quieres que tu arquitecto haga todo esto por ti, permítele que trabaje a gusto y será el mejor aliado, compañero y defensor que puedas tener a lo largo de tu proyecto."
El hecho es que no, esto no se hace fuera de este mundillo.
En fin, para terminar, dado que este post parece un defensa acérrima de los arquitectos, quiero que sepas que va de la mano con tu propia defensa como promotor, para que obtengas un trabajo bien hecho, así que recuerda esto:
Un buen arquitecto vela por ti, es tu mano derecha a lo largo de toda la obra y te ahorra dinero, mucho dinero. Sus honorarios están más que pagados con el ahorro que genera, tanto en la obra como a largo plazo en consumos y mantenimientos.Así que, si quieres que tu arquitecto haga todo esto por ti, permítele que trabaje a gusto y será el mejor aliado, compañero y defensor que puedas tener a lo largo de tu proyecto."
Comentario
Todo lo que decís es cierto, pero creo que profundizais poco. Desde mi punto de vista, el problema es mas profundo, empecemos porque el arquitecto siempre se ha creido amo y señor de las leyes del diseño y la estetica, estamos todos cansados de oírnos a nosotros mismos poner verde al cliente porque ha pedido alguna burrada, esa mentalidad ya crea asperezas cliente-arquitecto, por supuesto estamos formados para eso, pero seamos honestos, hay que tener empatia y no querer vender espacios metafisicos a alguien que no los quiere, como decia Mies, no todos los días vamos a inventar la rueda. Pero queremos hacerlo, eso sumado a las habituales reuniones de idas y venidas con el cliente, alarga los procesos de una manera totalmente enfrentada al mundo en el que vivimos, donde todo es inmediato.
Alguno dira que el buen diseño lleva su tiempo, que la arquitectura hay que repensarla y meditarla, genial, pero eso, es que apenas tiene cabida en el mundo occidental contemporaneo. Esto nos lleva a lo que es el principal problema para mi, el modelo de negocio del arquitecto tradicional esta simplemente OBSOLETO.
Los estudios pequeños apenas subsisten, y si lo hacen es a base de becarios, sueldos insultantes y horas extra no pagadas, porque efecticamente NO SON RENTABLES, YA NO. Funcionan las grandes empresas de arquitectura, que trabajan al por mayor, con el nombre de un ganador de Pritzker en la puerta de entrada del estudio, y que tiene a 1200 "Cad Monkeys" contratados haciendo pruebas y opciones hasta la saciedad, para mostrar en una reunion con el cliente las 70 opciones que un estudio pequeño tarda en desarrollar y enseñar al cliente 4 meses. Simplemente eso deja al estudio pequeño la única opción de que para poder competir tenga que pelear honorarios a la baja. Y no nombro a los desarrolladores inmobiliarios, con enormes carteras de real state que ofrecen los proyectos llave en mano, paquete completo con la compra del terreno o el inmueble en si, porque con esos ya no hay competencia posible.
Y no voy a hablar ya, de lo que eso supone para el trabajador, porque aquella frase de "estudie arquitectura por vocación" si no diriges un estudio, estar de cad monkey en una oficina gigantesca o sufriendo en un estudio pequeño, se asemeja a la vida que lleva un analista SAP delante de un ordenador todo el dia, con la diferencia que el de SAP probablemente este ganando el doble o el triple que el arquitecto.
En fin, no se cual es la solucion, pero la realidad de la profesion desde mi perspectiva es la que os he contado.