No es fácil tomar la decisión de estudiar arquitectura. Muchas veces, los estudiantes piensan que hay que tener un talento especial para dibujar, altas calificaciones en matemáticas, o incluso manejar de antemano algunos programas de arquitectura. Y una vez que ya están adentro, muchos estudiantes se ven abrumados por la gran cantidad de tareas y desafíos que tienen por delante.
A pesar de que el 'camino' para convertirse en arquitecto varía de un país a otro, la carrera generalmente dura entre 5 y 7 años. Tomando en cuenta estas cifras, no es particularmente alentador descubrir que el arquitecto promedio no encuentra tantos espacios de trabajo como los médicos y los abogados, o que 1 de cada 4 estudiantes de arquitectura en el Reino Unido se encuentra bajo tratamiento por problemas de salud mental. Estos son temas que la arquitectura tiene que trabajar como industria. Sin embargo, más allá de estos problemas, todavía existen muchas razones para enamorarse de la arquitectura y convertirse en arquitecto.
1. Los arquitectos pueden dar rienda suelta a su creatividad.
Lo más bonito y especial de la arquitectura como profesión es que podemos 'abrazar' la individualidad de cada persona. Por supuesto, el diseño de edificios es en sí mismo un proceso creativo satisfactorio; pero incluye todo un estilo de vida que puede manifestarse más allá de nuestro trabajo. La idea de vivir una "vida auténtica" se ha puesto de moda últimamente, y el hecho de ser arquitecto sin duda puede servir como conducto para concretar esta idea: vestir como quieres, llevar anteojos no convencionales, y expresar tu individualidad a través de tu estilo de vida y tu manera de hacer las cosas. Este cortometraje nominado al Oscar nos habla de este tema con humor.
2. Los arquitectos pueden ver los frutos de su trabajo.
Tal vez la mayor ventaja de ser arquitecto es que el trabajo de toda una vida puede permanecer después de dejar este mundo. Debido a la "naturaleza material" de nuestra obra, es difícil de adivinar nuestra contribución a la sociedad y el valor de nuestro trabajo cuando lo tenemos frente a nosotros. Sin embargo, en algunos países, los arquitectos incluso "firman" sus edificios a través de una placa o inscripción, y más recientemente, una nueva política dictada por la Asociación de Arquitectos de Ontario requiere que los nuevos edificios de más de 1.000 metros cuadrados incluyan los créditos correspondientes al arquitecto, cerca de la entrada principal o en la fachada principal.
3. Los arquitectos no se aburren en la universidad.
Estudiar arquitectura es difícil pero también es muy entretenido por todo lo que debes hacer. Además, el conocimiento de otros ámbitos son bienvenidos en la arquitectura. Y cuando hablamos de otros ámbitos, estos pueden ser tan variados como la filosofía, la economía y el trabajo social. Debido al amplio rango de conocimientos necesarios en esta profesión, muchos programas de la disciplina apelan al conocimiento multidisciplinario en sus estudiantes, lo que significa que tendrán un amplio rango de tópicos en sus clases, o bien, tendrán la oportunidad de estudiar directamente temas desde estudios medioambientales hasta programación. Si hay algún tema particular en el que estés interesado, de seguro podrás incorporarlo en tu trabajo.
Adicionalmente, hay mucho de improvisación en la formación y ahí es dónde se desata la entretención: a diferencia de los estudiantes de carreras relacionadas con las ciencias (quienes deben adherirse estrictamente a los reportes de laboratorios) y los estudiantes de carreras humanistas (quienes deben pasar por copiosas cantidades de análisis), los estudiantes de arquitectura se ven motivados a enfrentar la innovación en su diario vivir.
Puedes incluir una investigación bien documentada dentro de tu proyecto o desarrollar infografías cuando escribes ensayos para tus cursos, los cuales te permitirán explicar tus ideas de forma más clara. ¡Eres libre de hacer lo que creas mejor de hacer al momento de comunicar tus ideas!
4. Los arquitectos suelen ser especialistas en todo.
Como ya mencionamos, lo que hace a la Arquitectura un tema de estudio tan emocionante es la amplia gama de aprendizaje e investigaciones que debes llevar a cabo de forma regular, y esto se extiende más allá de la universidad. No hay tal cosa como poseer suficiente conocimiento como arquitecto. De hecho, cada proyecto es una nueva ventana para investigar sobre tecnologías, teorías de organización y métodos de construcción. Para articular esta información en el diseño de tus edificios, necesitas entender rápidamente la técnica que deseas incluir para luego escoger a los correspondientes profesionales.
Como los maestros de orquesta, los arquitectos se convierten en especialistas en todo.
5. Los arquitectos aprenden a defender sus opiniones.
Por cada persona existe un set de edificios que encuentran simplemente "bellos". Muchos estudiantes se sumergen en el mundo de la arquitectura porque se vieron emocionalmente influidos por un edificio bello, pero en la sala de clases, el concepto de "belleza" no es necesariamente un rasgo de calificación que convencerá a colegas y profesores. La simple regla de que si te gusta una forma, un adorno, un detalle o cualquier cosa, debes ir más allá de lo "bello" y defender tu postura como un "profundo aspecto de la articulación experencial del mundo construido". Esto da lugar a un animado y estimulante debate entre los profesionales dela arquitectura, que se extiende también al discurso escrito. La literatura arquitectónica contiene un vocabulario muy colorido y un estilo retórico que no es nada menos que poesía.
Esto da lugar a un debate animado y estimulante entre los profesionales de la arquitectura, que se extiende también a discurso escrito. literatura arquitectónica contiene vocabulario muy colorido y un estilo retórico que es nada menos que poesía.
6. Los arquitectos pueden manejar el estrés... y mucho!
Los problemas de salud mental plagan las escuelas de arquitectura por muchas razones que no se pueden determinar con toda claridad. Pero las causas de estrés siempre permanecerán, en cualquier situación, en cualquier trabajo y en cualquier disciplina. Mientras que los problemas de salud que enfrentan muchos estudiantes no deben ser trivializados, hay al menos muchas personas que emergen en el mundo laboral como los individuos más sanos, que son increíblemente resistentes a las pedradas y flechazos de la vida. El ir a la escuela de arquitectura te lleva por un muy profundo viaje introspectivo, comprendiendo tus necesidades y averiguando cómo tener éxito en tus propios términos.
7. Los arquitectos son capaces de hacer lo que les gusta por el resto de su vida.
Suponiendo que lo que te gusta es la arquitectura, no parece haber ninguna barrera para continuar haciendo lo que amas más allá de la jubilación. Como dice el refrán: "Elige un trabajo que te gusta y nunca más tendrás que trabajar un día en tu vida". Muchos de los maestros de la arquitectura de hoy en día todavía siguen dirigiendo sus empresas altamente exitosas más allá de la edad de jubilación y están perfeccionando su arte tan ardientemente como antes, como si nunca hayan trabajado un día en su vida.Frank Gehry está trabajando activamente en proyectos a los 87 años, Norman Foster dirige más de 140 socios en su firma a los 81 años de edad y Zaha Hadid ganó la RIBA Royal Gold Medal a los 65. Más sorprendente, Oscar Niemeyer todavía se interesó en un proyecto justo hasta su muerte, diez días antes de su cumpleaños 105.
8. Los arquitectos son muy valorados.
Gracias a su origen como "la madre de las artes" y su desarrollo posterior como una profesión influyente, la arquitectura ha logrado el reconocimiento casi universal como una actividad noble. En el lugar de trabajo, los arquitectos interactúan en gran medida con los clientes de la alta sociedad. Con los muchos mitos y leyendas generales que rodean la arquitectura fuera la profesión real, hay una cierta reverencia unida a los arquitectos y se puede ser capaz de tomar ventaja de esto para impresionar a los demás sin dejar de tener la oportunidad de hacer algo que les interese.
9. Los arquitectos pueden mejorar la vida de muchas personas.
La arquitectura moderna, tal como la conocemos hoy, surgió en un período de agitación social en el siglo 20. Con la esperanza de crear un mundo mejor para todos, los visionarios de la arquitectura moderna desarrollaron una retórica heroica que sigue inspirando a arquitectos de hoy, incluso si aún no hayamos descubierto exactamente cómo recuperar ese espíritu. Por un breve momento, perdimos la esperanza en ese esfuerzo pero las prácticas emergentes están hoy revigorizando la agenda social de la arquitectura.
La arquitectura siempre quiere ayudar a la gente y cuando lo hace es una sensación muy satisfactoria. Por desgracia, los arquitectos son los mayores críticos de la arquitectura y con frecuencia hay un mayor enfoque cuando la arquitectura no funciona, en lugar de cuando si lo hace. No debemos olvidar las pequeñas astillas de éxito: la mujer de edad avanzada que se siente cómoda en su departamento de retiro; el hijo que está sumamente agradecido con los arquitectos que rediseñaron la casa en ruinas de su madre en un barrio humilde, o el humilde empleado de oficina que se entretiene con los rascacielos de aspecto interesante que pueblan su trayecto diario. La arquitectura es importante y la capacidad de impactar en alguna parte integral de la vida de una persona es una razón para ser arquitecto.