domingo, 16 de junio de 2013

[315] ARQUITECTURAS ROTAS

“Arquitecto español de mediana edad. A punto de cerrar su estudio.”
“Arquitecto español. Treinta y tantos años. En paro.”
“Estudiante de arquitectura español. Probablemente nunca ejercerá como tal y lo sabe.”

Los primeros, con seis años de carrera universitaria conforme al Plan de 1975 más Proyecto Final de Carrera. Los más jóvenes, según la evolución de los Planes de Estudio con el complejo panorama de grados y masters de Bolonia, consensuados tras largos períodos de diálogo entre Administraciones, Universidades, Colectivos Profesionales, para establecer la cualificación expresa de los títulos habilitantes. La cuota de paro global alcanza el 70%. 
En cualquiera de los tres casos consta entre la formación académica acreditada, una ingente carga de asignaturas troncales como la de PROYECTOS ARQUITECTÓNICOS, columna vertebral de una programa docente cargado de contenidos que desgranan, materia por materia, LO QUE ES el hecho arquitectónico, concepto que hoy en España parece que sólo puede ser entendido y valorado por los propios portadores de su importancia.
El panorama pre-Ley de Servicios Profesionales dispone tabla rasa que, incongruentemente, equipararía las competencias entre profesiones distintas si analizamos sus Planes de Estudios vigentes, perfectamente identificados en su individualidad por el mismo Gobierno que pretende fusionar sus campos de actividad. Esto choca frontalmente con la trayectoria normativa y jurisprudencial sobre reconocimiento de cualificaciones profesionales. (Ley 12/ 1986 sobre regulación de las atribuciones profesionales de los Arquitectos e Ingenieros Técnicos, Ley 38/99 de Ordenación de la Edificación, DIRECTIVA 2005/36/CE).
En el borrador LCSP no se alcanza a distinguir aclaraciones precisas en determinadas materias de Interés Público: Patrimonio histórico, Edificado y Paisajístico; Urbanismo, Planificación de ciudades. Entornos sensibles, Imagen Urbana. Quién podrá intervenir con garantías de conocimiento adecuados. Recordemos la Directiva 85/384/CEE de la Unión Europea: "la creación arquitectónica, la calidad de las construcciones, su inserción armoniosa en el entorno, el respeto de los paisajes naturales y urbanos, así como del patrimonio colectivo y privado, revisten un interés público". 
Los conceptos “memoria” y “patrimonio” dependen de cada sociedad, de cada época. “La ciencia que la humanidad tiene en un momento dado depende de lo que es la humanidad en ese momento” (G. Simmel, 1858-1918). Esto queda recogido igualmente en la CARTA DE CRACOVIA (2000), sobre la cual se dictó: “Esas partes de los edificios, de los espacios urbanos pueden ser portadoras de unos valores que, aunque a nosotros no nos lo parezca, podrían ponerse en evidencia en un futuro” (G. Cristinelli). Triste época la actual, en la cual no sólo hemos perdido individualmente, sino colectivamente como país al no parecer ser capaces de mantener y postergar el valor de la memoria y conocimientos heredados. Valorar sin conocer es imposible, y tampoco respetar, ni tomar decisiones adecuadas que requieren conocimientos en Historia, Teoría de la Arquitectura, Composición Arquitectónica, etc
El conocimiento y el estudio es lo que otorga razón de ser a las decisiones. Así es como nos han educado en Arquitectura, Y AHORA ESTO SE ROMPE por quienes, paradójicamente, no han tenido acceso a estos conocimientos. “La ciencia daña tanto a los que no saben servirse de ella, cuanto es útil a los demás” (Anaxágoras, 500AC-428AC).
Pedir rigor es lo que nos queda, A LOS QUE NO ASPIRAMOS MÁS QUE A EJERCER DE LO QUE SOMOS, según la trayectoria normativa y formativa marcada por quien ahora nos niega esta proyección. Es una estafa lo que puede provocarse desde los órganos de poder, hacia las generaciones de arquitectos en pérdida, y hacia los ciudadanos de este país. Estafa o engaño añadido a la crisis que ya sufrimos.
Insisto. Pedir RIGOR es lo que nos queda. A la Administración en sus decisiones. Y a la cúpula de nuestras estructuras colegiales, porque la unidad necesaria en estos momentos no es óbice para dejar de exigir capacidad de trabajo, esfuerzo, agilidad, transparencia y sobre todo, conciencia de la realidad actual de quienes ven rota la Arquitectura, rota su situación profesional como arquitectos, y nunca han estado instalados en sillones de liderazgo que no deben convertirse cómodos bajo ningún concepto.
Miriam Dabrio Soldán, arquitecto
Vocal de la UAAAP por el COA de Huelva
Junio 2013

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