miércoles, 13 de noviembre de 2013

[358] ELECCIONES CSCAE. EPÍLOGO 1/6

Pasadas ya la elecciones a la presidencia al CSCAE, traemos aquí a modo de epílogo, la entrada que ha publicado en su blog nuestro compañero Ricardo Aroca, uno de los 6 candidatos que se presentaron a las mismas. Ni que decir tiene que en este blog tienen abiertas las puertas al resto de candidatos para que si asi lo estiman oportuno hagan una reflexión sobre lo acontecido.
No fue posible llegar a un acuerdo para que quedara un único candidato de cambio, por lo que la cosa no pintaba bien. La frase de Goethe “prefiero la injusticia al desorden” debía sonar en los oídos de buena parte de los consejeros, asiduos lectores del poeta alemán, al ver cuatro candidatos frente el presidente que llevaba cuatro años halagando a cada uno de los 19.
Ante la falta de resultados del intento de que quedara una sola candidatura decidí mantener hasta el final mi oferta de disponibilidad para que no pudiera decirse que ningún arquitecto, con una cierta notoriedad, se había ofrecido a representar a la profesión en estas duras circunstancias. 
Para evitar una última tentación de entrar en el juego de llamadas y promesas a los decanos, la semana anterior a la elección me fui a Nueva York con mi mujer y mi hijo pequeño. Según me informaron a mi vuelta fuentes solventes, la suma de “las promesas firmes” de voto a los candidatos era de 34, lo que no está mal para 19 electores. Un examen más frio de la situación arrojaba solo 7 votos, que con seguridad no irían al presidente, y otros 4/5 que podrían no votarle al menos en la primera vuelta. 
El día 9 a las 5:30 horas de la tarde se reunió el Consejo y se inició el proceso en el que los candidatos, en un orden que se sorteó públicamente, hablamos 10 minutos cada uno frente a los 19 electores y algunos espectadores debiendo permanecer fuera de la sala los candidatos que no estuvieran interviniendo. 
No presencié pués, las intervenciones de Ludevid, Antonio García Herrero y Paloma Sobrini, (que hablaron antes que yo), ni las de Noemí Sanchís y Diego Carreño que lo hicieron después. 
En mi intervención empecé declarando que mi presencia implicaba una aceptación de las reglas de juego, que como cualquier otra regla tiene inconvenientes y ventajas, y entre éstas una esencial: La posibilidad de convencer y ser convencido inmediatamente antes de la votación personal y secreta. 
Expliqué que se trataba de elegir a una persona para: 
- Presidir la mesa 
- Ser la voz de la mesa en las negociaciones con la administración 
- Representar a los arquitectos ante la sociedad 
Dadas las reticencias que me habían llegado sobre mis supuestas tendencias dictatoriales, expliqué las diferencias entre presidir y dirigir y me extendí en la importancia de que quien preside se dedique a arbitrar consensos y no a hacer capillitas, razón por la cual había evitado hablar separadamente con cada uno de los consejeros, ya que existía esta posibilidad de dirigirme al conjunto que, por otra parte, es lo que a mi juicio debe hacer un presidente: 
- Discutir los temas solo en la mesa, nunca fuera de ella y menos aún con solo parte de los consejeros. 
Pasé revista luego a: 
- Mi experiencia en negociaciones en la administración 
- Mi experiencia como comunicador tanto en los cargos desempeñados como en mi calidad de ciudadano privado, cuya opinión es solicitada con alguna frecuencia en los medios. 
- Resalté también mi credibilidad en el mundo académico, especialmente en el mantenimiento en la formación de los aspectos técnicos de la profesión. 
Terminé recordando el reto que tenemos delante con la LCSP y la revisión de la LOE ante el que creo ser el único que ha formulado una línea estratégica: desarrollar la intervención de otros técnicos a través de los proyectos parciales como indica la LOE, manteniendo para los arquitectos la coordinación y la posibilidad de redactar todos o parte de ellos. 
Por último reiteré mi intención de, una vez resuelto para bien o para mal el marco de la actividad profesional, proponer una reestructuración de la organización colegial y someter a votación en el Consejo la eventual convocatoria de elecciones a equipo directivo de acuerdo con los nuevos estatutos, si estimaban que la renovación del marco profesional debía ser presidida por alguien más joven. 
Terminadas las intervenciones se procedió a la votación y su escrutinio con el siguiente resultado: 
Jordi Ludevid 12 votos 
Antonio García 3 votos 
Noemí Sanchís 2 voto 
Paloma Sobrini 1 voto 
Ricardo Aroca 1 voto 
Diego Carreño 0 votos 
Pese a lo secreto del voto, no hay misterio alguno respecto al origen de cada uno, puesto que, salvo los compromisos muy firmes y ya conocidos de antemano, todos los demás consejeros votaron a Ludevid. El origen casi seguro de los votos es el siguiente: 
Ricardo Aroca- Madrid 
Paloma Sobrini- Cantabria 
Noemí Sanchís- Consejo Andaluz y Galicia 
Antonio García- Murcia, Vasco-Navarro y Extremadura 
Jordi Ludevid- el resto 
Aunque probablemente el resultado no hubiera sido otro, pudo influir en la votación el que en los días previos se produjeran además dos hechos que han contribuido al cierre de filas en torno al presidente: 
-El Consejo andaluz presentó una moción para anular la candidatura del Sr. Ludevid en base a una interferencia de éste en las elecciones a la presidencia del susodicho Consejo Andaluz (Ludevid encargó un informe jurídico sobre la legalidad de una eventual reelección del actual presidente del Consejo Andaluz sin informar al Consejo Superior ni al interesado). La moción fue rechazada por 13 votos. 
-Tuvo entrada en el Consejo Superior una citación judicial al presidente, en calidad de imputado, de delitos como consecuencia de una denuncia de la policía (se habían producido a lo largo del último año dos cartas del secretario a los consejeros sobre este tema que habían desembocado en un fallido intento de destitución del secretario). 
No por previsible la cosa ha sido menos decepcionante para los que veíamos necesario un relevo al frente del Consejo. Cabe esperar nuevas dilaciones en la puesta en marcha de los estatutos aprobados por la asamblea el año pasado (la probable disposición de la LCSP en relación con la adaptación de los estatutos a la nueva ley ofrecerá una excelente oportunidad de retrasar la cosa varios años más). 
En relación con lo que de verdad importa -mantener un marco legal que haga posible el ejercicio de la profesión de arquitecto- todos debemos ayudar en la medida en que seamos capaces (y nuestro concurso sea requerido, o al menos tolerado) a conseguir el mejor resultado posible. 
Creo que con esto cumplo con mi compromiso de informar sobre el proceso. Responderé a preguntas en la medida de lo posible solo durante la próxima semana.

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