Un año más os escribo una carta con la ilusión del niño que sigo siendo. Esa ilusión que hace que me despierte cada mañana convencido de que puede haber un mundo mejor y que tengo todo en mi mano para cambiar las cosas.
Siempre aprovecho este momento para reflexionar sobre mi comportamiento durante el año y que vosotros juzguéis si soy merecedor de algún presente o no.
En términos generales, creo que he sido bueno:
- He sido muy paciente con mis clientes, escuchándoles siempre con atención con la mejor de las sonrisas en la cara. Todo esto sin perder la calma cuando les explico por cuarta vez que aunque su “cuñao” hace unas “ñapas” muy “apañás” y siempre tiene mucho cuidado, es necesario hacer el estudio de Seguridad y Salud.
- He intentado ayudar a mi prójimo en todo lo posible, como cuando mi compañero estaba agobiado con una entrega y le pregunté a las siete de la tarde si podía ayudarle con algo. “Hay una pequeña cosa que puedes hacer si quieres”-respondió. Bueno, esa pequeña maqueta me llevó terminarla hasta las 5 de la mañana y finalmente ese concurso no sé ganó… ¡Pero qué risas que nos echamos esa noche!
- Me he comportado siempre con dignidad y profesionalidad, aún cuando después de estar trabajando con ilusión en ese proyecto durante un par de meses sin ver un solo euro y siempre con el beneplácito y apoyo del cliente, al final él decide que va a hacer el proyecto con una cuñada diseñadora de interiores que le sale mucho más barata.
- He intentado no pensar mal de los demás. Como cuando vi una oferta en la Bolsa de empleo del COAM en la que buscaban a un arquitecto con 10 años de experiencia, máster, tres idiomas y experiencia en grandes estudios europeos. Ofrecían 1000 euros BRUTOS al mes. Pero yo me lo tomé como que era una errata.
- Siempre intento ser optimista, aún a pesar de saber que el 90% de los compañeros por debajo de 35 años están en el paro. He escuchado mucho aquello de que crisis en chino significa oportunidad, aunque a veces pienso que eso sólo es en China, porque en España sigue siendo sinónimo de putada. A pesar de todo, intento mirar al futuro con ánimo.
- He sido fiel a mis ideas a pesar de las presiones a las que haya podido ser sometido. Como decía Gary Cooper en “El Manantial”, yo tengo clientes para poder construir, no hago proyectos para poder tener más clientes.
- Le intenté explicar a mi jefe que hice todo lo posible para proteger su detalle durante la obra.
Por todo esto, creo que soy merecedor de los regalos que os escribo a continuación. No pretendo que me traigáis la lista completa, pero sólo os pido que tengáis estos presentes en cuenta:
-Traed sabiduría a los políticos para hacerles comprender que un arquitecto no es lo mismo que un ingeniero y viceversa.
-Dad moral a las empresas para que no contraten a arquitectos titulados por menos de lo que cobra un repartidor de pizzas.
-Haced ver a los clientes que los arquitectos no somos los malos de la película, si no apasionados de nuestro arte. Un arte que nos han enseñado a que sea realizable y encuadrado dentro de un presupuesto asequible.
-Regalad optimismo al gremio, porque solamente trabajando hombro con hombro y de forma honesta, seremos capaces de salir adelante.
-Brindad valor a todos aquellos que dejan todo atrás para buscarse la vida en el extranjero.
-Dad fortaleza a los que se quedan para que sean capaces de mejorar la situación.
Os pido que tengáis consideración hacia lo que os he pedido en esta carta. Espero que este 2014 sea recordado como el comienzo de un nuevo futuro lleno de optimismo.
Firmado,
Un arquitecto español cualquiera.
Fuente: Arquitectura para el público
Fuente: Arquitectura para el público
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