miércoles, 5 de octubre de 2016

[468] DISEÑAR UN MUNDO MEJOR

(Articulo publicado por Jordi Ludevid i Anglada, Presidente del CSCAE el martes 4 de octubre de 2016 en el Heraldo de Aragón con motivo del Día Mundial de la Arquitectura)
En 1996, tras el Congreso celebrado en Barcelona, la Asamblea de la Unión Internacional de Arquitectos (UIA) decidió establecer el primer lunes del mes de octubre como el Día Mundial de la Arquitectura y el Hábitat. Previamente la UIA había establecido el Día Mundial de la Arquitectura en el mes de noviembre, pero ese año 1996 en el que se celebró la II Cumbre sobre Asentamientos Humanos Hábitat II, la organización mundial de los arquitectos consideró oportuno ligar la celebración de la Arquitectura con la del Hábitat, para fortalecer el papel y la responsabilidad de los arquitectos en la construcción de ciudades más habitables.
Desde entonces, cada año, la UIA propone un lema para esta celebración, con el que se quiere reflexionar sobre diferentes aspectos sobre el papel de la arquitectura y el urbanismo en la mejora de la calidad de vida en los asentamientos urbanos. 
En los últimos años, los lemas del Día Mundial de la Arquitectura han estado directamente relacionados con retos globales que nos incumben a todos los habitantes del planeta y ante los que los arquitectos no pueden permanecer indiferentes.
En 2012, la declaración se centró en el papel de los arquitectos como agentes transformadores de la ciudad, en 2013, el mensaje se centró en la importancia de la dimensión cultura de las ciudades. El impacto sobre la salud de vivir en las ciudades en 2014 o el cambio climático en 2015 han sido los temas de los últimos años. Además del documento que prepara la UIA con motivo del Día Mundial de la Arquitectura, el Consejo Superior de Colegios de Arquitectos cada año elabora una declaración en la línea marcada por el lema, trasladando a nuestro contexto las principales ideas que se plantean en cada convocatoria.
Por tanto, el Día Mundial de la Arquitectura es una oportunidad para difundir a la sociedad los valores sociales, culturales y ambientales asociados a la práctica de la Arquitectura y el Urbanismo que tienen una enorme repercusión en su vida cotidiana. A través de los diferentes lemas se trata de hacer llegar una serie de mensajes para que la sociedad reflexiones acerca de cuestiones sobre las que habitualmente no lo hace, en la idea de que es posible conseguir una mejor calidad de vida para todos con la ayuda de la Arquitectura y el Urbanismo.
Este año 2016, el día 3 de octubre se conmemorara el día mundial de la Arquitectura con el lema "Diseñar un mundo mejor” con el objetivo de promover una visión de la arquitectura orientada prioritariamente hacia el bienestar de las personas, individual y colectivamente. Frente al cada vez mayor número de desafíos mundiales, el papel de la arquitectura, del urbanismo y de la concepción arquitectónica es cada vez más decisivo en la construcción de un futuro mejor. Podría expresarse así: si la habitabilidad es el problema, y en todo el mundo lo es, la arquitectura es la solución del problema.
Con este lema, la UIA invita a todas las organizaciones relacionadas con la arquitectura en todo el mundo a promover la difusión del papel de los arquitectos y su contribución para aliviar el sufrimiento humano y hacer frente a los retos mundiales, así como para mejorar la calidad de vida. El objetivo es fomentar el gran potencial de la arquitectura y del ordenamiento urbano para afrontar el cambio climático y divulgar un mensaje sólido, pertinente y accesible.
La declaración de 2016 tiene un significado especial porque coincide con la Cumbre sobre Asentamientos Urbanos Hábitat III que tendrá lugar en Quito en octubre, veinte años después de la anterior cumbre de Estambul en 1996. En estas dos décadas, a pesar de que se han producido avances importantes, siguen presentes algunos de los retos de Hábitat II junto con aparecido nuevas cuestiones a las que tenemos que dar respuesta. Temas como el papel de las ciudades en el desorden climático o la necesaria sostenibilidad de los ecosistemas urbanos para garantizar el futuro están en la agenda de muchos responsables municipales. Sin embargo aún hay multitud de cuestiones sin resolver como el derecho a la vivienda digna y habitable para todos los habitantes del planeta, la inclusión de la perspectiva de género en el diseño de las ciudades o recientemente de actualidad en Europa, la gestión de grandes flujos migratorios.
En el contexto de nuestro país, la declaración elaborada desde el Consejo Superior quiere poner de manifiesto que la trascendencia de la arquitectura es variable. En situaciones de emergencia o de pobreza extrema la disponibilidad de un cobijo es condición indispensable para la supervivencia. En los sociedades acomodadas, un hábitat bien concebido contribuye a facilitar la vida, hacerla más amable y gratificante. 
Es cierto que en la configuración del hábitat inciden factores y agentes muy poderosos. Aún así, y aunque el papel de los arquitectos tenga un protagonismo limitado, entraña una responsabilidad y un potencial enorme. Con nuestro diseño podemos contribuir a que la vida cotidiana de las personas sea más rica porque el entorno que habita se adapte a sus necesidades, o procurando alivio en circunstancias extremas.
La arquitectura condiciona el futuro de la sociedad. En nuestro país, el proceso generalizado de concentración en grandes urbes y el consiguiente despoblamiento del mundo rural es un proceso vertiginoso que puede resultar catastrófico si se materializa ajeno a sus efectos ecológicos.
Los arquitectos asumimos el compromiso de fomentar aquellas prácticas profesionales que redunden en la configuración de un hábitat afable hacia las personas y el planeta, a la vez que condenamos aquellas operaciones que se valen de la arquitectura como una herramienta para la aplicación de estrategias de arrinconamiento o expulsión de poblaciones por motivos de discriminación étnica, religiosa o social.
Jordi Ludevid i Anglada, Presidente del CSCAE

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