Iniciamos con este artículo de opinión, el ofrecimiento que hacemos desde este blog a candidatos, electores y al 99,95% del resto de arquitectos colegiados de España para que nos envíen escritos, programas, propuestas... referentes a las elecciones a presidente del CSCAE que se celebrarán el próximo día 6 de noviembre de 2013.
Hace algo más de un año, en un blog de arquitectos, leí un artículo que nos definía como “especie en extinción por excelencia”, y efectuaba una identificación directa entre lo que consideraba una importante componente endógena aceleradora de este proceso de extinción, y las causas de algunos de nuestros problemas crónicos.
El artículo alcanzaba a concluir “…adaptarnos al medio es el primer remedio para no extinguirnos como especie”. Curiosa comparativa, habida cuenta del famélico estado de la profesión en estos tiempos que nos ha tocado vivir, con embestidas constantes de índole técnica, jurídica y de crisis económica.
Noviembre de 2013. Convocadas elecciones a la presidencia del CSCAE, con la resaca reciente del Anteproyecto LCSP y muchas batallas que recorrer en base a su actual redacción. Transcurrida una legislatura que requeriría análisis estricto y valoración en relación con la suficiencia y oportunidad de actuaciones, reacciones y capacidad demostradas hasta estos momentos definitorios y casi concluyentes en nuestro colectivo. Una valoración que no debiera eludirse como punto de partida o como punto de inflexión.
Claro que, debido al sistema electoral vigente para la elección de presidencia al CSCAE, basta que esta valoración la hagan diecinueve arquitectos y en proceso de cónclave, más propio de la institución vaticana. Convendría, mientras una reforma de nuestros Estatutos Generales no rompa con esta lógica patriarcal, que los demás arquitectos pudiésemos opinar de tal forma que este sistema de “no participación” -dependiente en la actualidad de la voluntaria generosidad y transparencia de nuestros decanos en relación con su intención de voto, motivación y justificación del mismo-, nos permitiese asomarnos al menos como oyentes a la vez que escrutadores de estas decisiones, decisiones que en estos casos adolecerían –por ser justificadas ante el colectivo- de sospechas infundadas sobre rencillas y amoríos cortesanos.
Como buen ejemplo de lo anterior el CACOA (Consejo de Colegios Andaluces) ha hecho recientemente pública su intención de voto al avalar una única candidatura a presidencia CSCAE por unanimidad, y ello ante sus colegiados.
Porque la percepción en el colectivo, si esto no se produce, no es positiva y provoca desasosiego e incluso indignación. Porque en los sistemas puramente democráticos los miembros de las cúpulas de poder no deben perder sus vínculos de base, con sus electores inmediatos, a los que sirven y a los que deben comunicación constante y conocimiento de sus problemas cotidianos, que son muchos, en cada colegio territorial.
Ejemplarizante sería ver renunciar a cómodos y habituales sillones de liderazgo, en pro de líderes reales, de entornos reales, de Colegios de base, con votantes críticos, expectantes e independientes, que han exigido previamente a sus representantes, democráticamente elegidos según sus Estatutos Particulares, capacidad de trabajo, entrega, transparencia, superación y esfuerzo; y que una vez agotadas éstas, dejan de ser reconocidos por el mismo sistema que los eleva, y luego los hace descender para dar paso a savia regeneradora.
Ejemplarizante y necesario para la especie.
Miriam Dabrio Soldan. Vocal por el COA de Huelva de la UAAAP
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